¿Sabías qué? El humo de combustión del diesel induce una respuesta de estrés en la actividad cerebral, esto según el estudio publicado en la revista Particle and Fibre Toxicology (Toxicología de Partículas y Fibras).
El doctor Héctor García Lozada, experto en contaminación atmosférica y salud pública de la Universidad Nacional de Colombia, dijo a BBC Ciencia “Que las partículas inferiores a 10 micras ingresan por el tracto respiratorio y por el torrente sanguíneo al organismo y afectan a distintos órganos”.
Los contaminantes atmosféricos son gases que interaccionan fácilmente con otras moléculas por lo que, al entrar en contacto con el tejido respiratorio, inmediatamente reaccionan y activan mecanismos de defensa que no permiten que se transporten ni se absorban. Pero, es un hecho que los contaminantes ingresan en los fluidos internos hasta llegar a invadir todo el cuerpo. Para llegar al cerebro, el contaminante debe traspasar la barrera pulmonar, transportarse por la sangre y luego cruzar la barrera hematoencefálica, una de las más selectivas del organismo.
Los científicos descubrieron que después de unos 30 minutos de exposición a las partículas de diesel y gasolina se comenzaba a afectar la actividad cerebral, lo cual indica cambios en la manera en que la información es procesada en la corteza cerebral. Afecta la percepción del tiempo, espacio y brillo, la agudeza visual, disminuye la actividad sicomotriz, hay dolor de cabeza, fatiga, confusión, somnolencia. Además, puede llegar a producir alteraciones inmediatas en los mecanismos cerebrales del sueño. La exposición a altas concentraciones de CO en humanos produce lesiones irreversibles en la corteza cerebral.
“En muchos países la gasolina todavía contiene plomo y se sabe que éste causa efectos neurológicos e incluso puede afectar el desempeño intelectual de la gente, especialmente de los niños”, dijo el doctor Héctor García Lozada.
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